🇦🇷
Ruido de agua
En la noche un ruido de agua.
¿Ruido? Escuchad el canto.
Juan L. Ortiz
Durante una breve estadía en la costa, Carla Beretta puso en marcha un procedimiento que vagamente recuerda el empleado por Raúl Lozza para componer sus obras “perceptistas”. Sentada en la arena y al borde del mar, tomó su libreta de apuntes y trazó rectángulos en los que dispuso puntos que unió mediante líneas oblicuas. Luego seleccionó de esta fina red los trazos que más le interesaban, remarcándolos con un negro más intenso, creando así una composición formada por oblicuas y contornos irregulares. Una geometría libre y fantasiosa que originó inicialmente numerosas piezas textiles de gran formato: unas plenamente ortogonales y verticales a las que denominó banderolas, otras horizontales de bordes aserrados y finalmente otras que surgían del interior de la composición conformando una o más formas irregulares que dialogaban en el espacio. Si bien inicialmente esos bocetos dieron lugar a grandes mosaicos textiles resueltos por el procedimiento del collage/montaje también originaron grandes composiciones sobre papel de seda que al aplicarles pinturas al agua asumían una apariencia similar a las telas. Por entonces, y en el marco de un apretado e intenso proceso de experimentación, Carla había realizado varias series empleando diversos procedimientos que le permitían jugar conceptualmente con ambas materialidades y con composiciones que, formalmente, devenían abstractas: unas veces acercando y mimetizando los textiles con el universo de la pintura, otras enfatizando sus orígenes como labores de aguja asociadas al ámbito femenino, otras generando una abstracción lograda a partir de procedimientos e intencionalidades que las distanciaban de sus orígenes modernistas y las acercaban a un universo visual más impuro y heterogéneo. Precisamente sus abstracciones, como muchas de las que se cultivan en el presente, tienen presupuestos e intencionalidades que exceden el estricto diálogo de formas y el ensimismamiento visual. Inicialmente en Nocturnos, donde sus collages textiles remitían a paisajes y a composiciones musicales, pudo redescubrir una inicial vocación abstracta que otrora se había expresado en una paleta de grises de color afín a la tradición pictórica del litoral. Luego, fue en sus individuales posteriores, sugestivamente tituladas Paraná, Río adentro y Sueño encendido, donde las singularidades del medio ambiente de la región y los peligros que aún lo acechan se volvieron omnipresentes. De todos modos, estas preocupaciones no eran nuevas, en series más tempranas, a través de la fotografía y la gráfica, Carla señaló desórdenes ambientales en la tierra y en el mar que por el momento parecen más distantes frente a la catástrofe que en los últimos años se cierne sobre los vitales humedales del Paraná. Esta exposición, titulada no menos sugestivamente Ruido de agua, de acuerdo a lo que reza una bella poesía de Juan L. Ortiz, reúne obras inéditas de los últimos años y también otras nunca exhibidas en la ciudad: grandes paneles textiles y piezas murales de papel con composiciones oblicuas, bocetos con dibujos de línea y maquetas con pequeñas formas coloridas, papeles pintados y cosidos, obras con dameros, rayas y campos monocromos. Una antología de lo realizado en no más de dos años, con premura y reflexividad, con conciencia y con márgenes de azar, donde la elegía de la naturaleza con los colores joyantes del irupé, convive, como otra cara de una misma realidad, con el río de cenizas cuando no se ha sabido escuchar el canto del agua.
Guillermo Fantoni. Rosario, agosto de 2023
___________________________________________________________________________________________________________________
🇺🇸
Water noise
At night, a noise of water.
Noise? Listen to the song.
Juan L. Ortiz
During a brief stay on the coast, Carla Beretta initiated a procedure that vaguely recalls the one used by Raúl Lozza to compose his "perceptivist" works. Sitting on the sand by the sea, she took her notebook and drew rectangles in which she arranged dots connected by oblique lines. Then, from this fine network she selected the strokes that most interested her, emphasizing them with a darker black, thus creating a composition formed by oblique and irregular contours. A free and fanciful geometry that initially gave rise to numerous large textile pieces: some fully orthogonal and vertical, which she called banners, others horizontal with serrated edges, and finally others emerging from the interior of the composition forming one or more irregular shapes that interacted in space. Although initially these sketches led to large textile mosaics resolved by the collage/assembly procedure, they also originated large compositions on silk paper that, when watercolor paints were applied to them, assumed an appearance similar to fabrics. By then, and within the framework of a tight and intense process of experimentation, Carla had created several series using various procedures that allowed her to conceptually play with both materials and compositions that formally became abstract: sometimes bringing the textiles closer and mimicking the universe of painting, others emphasizing their origins as needlework associated with the feminine sphere, and yet other times generating an abstraction achieved through procedures and intentions that distanced them from their modernist origins and brought them closer to a more impure and heterogeneous visual universe. Precisely her abstractions, like many of those cultivated at present, have presuppositions and intentions that exceed the strict dialogue of forms and visual self-absorption. Initially in Nocturnes, where her textile collages referred to landscapes and musical compositions, she was able to rediscover an initial abstract vocation that had once been expressed in a palette of gray colors akin to the pictorial tradition of the coast. Then, it was in her later solo exhibitions, evocatively titled Paraná, Río adentro (Upriver), and Sueño encendido (Ignited Dream), where the singularities of the region's environment and the dangers that still threaten it became omnipresent. However, these concerns were not new; in earlier series, through photography and graphics, Carla pointed out environmental disorders on land and at sea that for the moment seem more distant compared to the catastrophe looming over the vital wetlands of the Paraná in recent years. This exhibition, suggestively titled Water Noise, according to a beautiful poem by Juan L. Ortiz, brings together unpublished works from recent years and also others never exhibited in the city: large textile panels and mural pieces of paper with oblique compositions, sketches with line drawings and models with small colorful shapes, painted and sewn papers, works with checkerboards, stripes, and monochromatic fields. An anthology of what has been done in no more than two years, with urgency and reflexivity, with awareness and margins of chance, where the elegy of nature with the joyous colors of the water lily coexists, as another side of the same reality, with the river of ashes when the song of water has not been heard.
Guillermo Fantoni. Rosario, August 2023