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Carla Beretta – La Trama del Concepto
El panorama contemporáneo de las artes ofrece todas las posibilidades para saltar las barreras que recortan los campos de acción entre las distintas disciplinas plásticas, habilitando a quien lo desea, a entrar y salir de los compartimentos estancos. Pero esta suerte de "regalo griego de los Dioses ", como bien se sabe, trae aparejado la trampa. Porque sortear ciertos límites es, de alguna forma, dar rienda suelta a una enorme cantidad se estímulos hacia otras prácticas donde hay que aprender a sostenerse dentro de un escenario menos estable, vertiginoso, multidisciplinario y absolutamente tentador para la mirada curiosa y el hacer prolifero.
Carla Beretta se ubica en ese escenario desafiando su abrumadora presencia. Y lo hace trabajando intensamente, valiéndose de algunas herramientas muy caras a su oficio que la acompañan de manera permanente. Con estudios en Artes Visuales en la Universidad Nacional del Litoral, incontables cursos y talleres de dibujo, pintura y fotografía, clínicas, residencias y participaciones en numerosos salones y exposiciones nacionales e internacionales desde 2010, su obra pareciera crecer exponencialmente. La fuerte impronta del grabado diversificado en distintas técnicas gráficas como el fotopolímero, la fotolitografía y la litografía, entre otras, lo textil y más recientemente la fotografía, son protagonistas entre sus elecciones estéticas y materiales. Sin embargo lo que más se destaca son los formatos que aborda y algunos de ellos merecen mención aparte: las instalaciones y el libro de artista -donde hace especial aparición la palabra como eje de la obra-. La cotidianeidad inspira a la artista, transitar las experiencias diarias ejerciendo una mirada aguda sobre temas tales como la justicia -e injusticia social-, los derechos humanos, la moral, la cultura, todos ellos citados de manera sistemática. Y este grupo se integra con otro más orgánico que intelectual, representado por la llamada de la naturaleza -incluyendo la humana- donde el agua se lleva el rol principal. Mundos interconectados entre la racionalidad de "la ley" y el fluir vital del universo que nos trasciende a todos son los que alimentan su obra. Tomemos algunos ejemplos.
Quizás las telas, la delicadeza de los textiles, aún cuando configurando grandes instalaciones, sirvan de excusa para aludir a esa inmensidad del natural, a lo fastuoso de lo inconmensurable, a su fragilidad más allá de la contundencia sublime. Obras como “Agua Lava” y “Paraná” –en ambos casos instalaciones con textiles de gasa rasgada a mano- ponen de manifiesto ese vínculo: el agua fotografiada una y mil veces en distintas situaciones, en riberas, en estanques, en la orilla del mar, todas imágenes traducidas tridimensionalmente formando olas, construyendo espejismos del fondo del mar.
La monocopia es otro soporte interesante para destacar. Derivada del grabado, se hace presente cuando Carla crea sus propios rodillos para ejecutar piezas únicas que nacen de una práctica de reproducción masiva; siempre me resulta una combinación curiosa. Las "Tramas" son trabajos abstractos, ligeros, como si el movimiento del agua de hubiese apoyado elegantemente dibujando figuras aleatorias. Este punto nos lleva directamente a las obras gráficas y a la palabra como moderador dentro del trabajo de Carla. La serie “Sine qua non” pone de manifiesto esta particular motivación donde aquello escrito se convierte en un elemento plástico más, donde las tipografías de variados diseños conforman un entramado estético, compositivo y conceptual. Una obra de esa serie como “Tierra perdón”, destaca el acercamiento de la artista a los textos como fundamento teórico, aquellos que acompañan la vida religiosa, política, jurídica del ser humano. En estas obras se pone en crisis aquello porque puede aparecer destacado como también velado, silenciado, habitando las penumbras. Se desafía al espectador a cuestionar esa primera lectura obvia y pregnante y a buscar más allá. Nada es inocente en la selección de las palabras, los tipos, la estructura del diseño de la obra en general. En “El destacado es mío”, sobre los poemas de Mario Trejo o Jorge Luis Borges (por citar algunos) la artista establece un juego de palabras entre el titulo y la materialidad misma, reforzando la idea originaria de dar jerarquía a determinados conceptos evitando que el plano estético compita con el simbólico sino que sean complementarios. Así una obra gráfica como Oídos Inútiles cuenta con el plus de haber participado de la IV Bienal de Jerusalén 2019.
También las fotografías son utilizadas por Carla. Y no es casual que así sea porque, ejerciendo una mirada aguda, se descubre que la fotografía, hija del daguerrotipo, le debe mucho al grabado. El campo de visión que habilita la imagen fotográfica es maravilloso. Nacen de allí trabajos como “Los colgados”, claramente haciendo referencia a la naturaleza humana. Una colección de imágenes que crean una textura visual con los cables, manifestando una cruda realidad social crítica. Una vez más cables, hilos, líneas, "textiles" urbanos que participan de nuestro día a día: los excluidos de un sistema, los abandonados, los que cuelgan del abismo sin contención. Un segundo ejemplo está dado por el políptico "Mensajes del mar”: la mirada romántica del mensaje encriptado en la botella que llega a la orilla para vincular tierras lejanas, se transforma en una devolución violenta que hace la naturaleza de todo aquello que el hombre desecha lastimándola, lastimándose, ejerciendo un acto desinteresado. Una suerte de damero de imágenes simétricas donde cada objeto tiene el mismo valor que su equidistante; un muestrario fruto de la observación de las playas de Ibiraquera, Brasil. Pero podría ser cualquiera de las miles de playas del mundo y la reflexión que motiva la obra es la misma: se invita al espectador a una toma de conciencia donde las imágenes del mensaje que emite el mar son tan contundentes, que no necesita estar cifrado bajo ninguna tipografía; su lenguaje visual es universal.
Como dije, Carla Beretta produce una enorme cantidad de obra con sistematicidad práctica y reflexión teórica. No creo que haya un soporte que le sea vedado porque su interés y curiosidad salen al encuentro de destinos inciertos. Lo que sí se intuye claramente es que la mirada está puesta sobre el quiebre, la falla, lo que se rompe, se evade, se omite, se violenta, sea una ley, el ecosistema, la vida en general. Y todo eso lo suele provocar el hombre y su denuncia queda plasmada en una obra elegante y sutil y no por ello menos poderosa. Imagen y palabra se potencian, siempre tratando de evitar la redundancia. Entonces al espectador se le permite sentirse parte de la elaboración, se le permite transitar la trama del concepto sin ser un actor pasivo y subestimado sino el constructor del sentido y responsable de su propia interpretación.
Lic. María Carolina Baulo
Septiembre 2019
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Carla Beretta – The Weft of the Concept
The panorama of the contemporary arts offers all the possibilities to cross the barriers that interfere in the action between the different plastic disciplines, enabling those who want it, to enter and leave the watertight compartments. But this kind of "Greek gift of the Gods", as is well known, brings the trap. Because to overcome certain limits is, in some way, to unleash a huge amount of stimuli towards other practices where you have to learn to sustain yourself in a less stable, vertiginous, multidisciplinary and absolutely tempting scenario for the curious look and prolific work.
Carla Beretta is located on that stage challenging its overwhelming presence. And she does it by working intensely, using some very loving tools to accompany her permanently. With studies in Visual Arts at the Universidad Nacional del Litoral, countless courses and workshops on drawing, painting and photography, clinics, residences and participations in numerous national and international Salons and exhibitions since 2010, her work seems to grow exponentially. The strong imprint of diversified engraving on different graphic techniques such as photopolymer, photolithography and lithography, among others, textiles and more recently photography, are protagonists regarding her aesthetic and material choices. However, what stands out the most are the formats that she addresses and some of them deserve a special mention: the installations and the artist's book - where the word appears as the axis of the work. Everyday life inspires the artist, to go through daily experiences by exerting a sharp look on subjects such as justice - and social injustice -, human rights, morals, culture, all of them quoted systematically. And this group is integrated with another more organic than intellectual, represented by the call of nature -including the human- where water takes the leading role. Interconnected worlds between the rationality of "the law" and the vital flow of the universe that transcends us all, are those that feed her work. Let's choose some examples.
Perhaps the fabrics, the delicacy of the textiles, even when setting up large installations, serve as an excuse to refer to that immensity of the natural, to the lavishness of the immeasurable, to its fragility beyond sublime forcefulness. Works such as “Agua Lava” and “Paraná” - in both cases installations with hand-torn gauze textiles - reveal this link: water photographed once and a thousand times in different situations, on riverbanks, ponds, the shore of the sea, all three-dimensionally translated images creating waves, building mirages at the bottom of the sea.
Monocopy is another interesting support to highlight. Derived from engraving, it is present when Carla creates her own rollers to execute unique pieces that come from a mass reproduction practice; I always find this as a curious combination. The "Wefts" are abstract, light works, as if the movement of the water had elegantly leaned on, drawing random figures. This point leads us directly to the graphic works and the word as moderator in Carla's work. The “Sine qua non” series shows this particular motivation where what is written becomes another plastic element, where the typefaces of various designs make up an aesthetic, compositional and conceptual framework. A work of that series as “Pardon Land”, highlights the artist's approach to texts as a theoretical basis, those that accompany the religious, political, legal life of the human being. In these works that is put into crisis because it can appear prominent as well as veiled, silenced, inhabiting the gloom. The viewer is challenged to question that first obvious and punchy reading and to look further. Nothing is innocent in the selection of words, types, and design structure of the work in general. In "The highlight is mine", over the poems of Mario Trejo or Jorge Luis Borges (to name a few) the artist establishes a connection between the title and the materiality itself, reinforcing the original idea of giving hierarchy to certain concepts avoiding that the aesthetic side competes with the symbolic as they are complementary. Thus a graphic work such as "Useless Ears" has the plus of having participated in the IV Jerusalem Biennial 2019.
The photographs are also used by Carla. And it is not a coincidence because, exercising a sharp look, it is discovered that the photograph, daughter of the daguerreotype, owes much to the engraving. The vision field that enables the photographic image is wonderful. Works such as "The Hanged" emerge, clearly referring to human nature. A collection of images create a visual texture with wires, manifesting a crude critical social reality. Once again cables, wires, lines, urban "textiles" that participate in our daily lives: those excluded from a system the abandoned those who hang from the abyss without containment. A second example is given by the polyptych "Messages from the sea": the romantic point of view of the message encrypted in the bottle that reaches the shore to link distant lands, becomes a violent return from nature, of everything that man discards hurting nature, hurting himself, exercising a selfless act, a sort of checkerboard of symmetric images where each object has the same value as its equidistant that derives from the observation of the beaches of Ibiraquera, Brazil, but it could be any of the thousands of beaches of the world and the reflection that motivates the work is the same: the viewer is invited to become aware, the images of the message emitted by the sea are so overwhelming, that it does not need to be encrypted under any typeface; its visual language is universal.
As I said, Carla Beretta produces a huge amount of work with practical systematicity and theoretical reflection. I do not think there is a support that is forbidden because her interest and curiosity come to meet uncertain destinations. What is clearly intuited is that the gaze is on the crack, the failure, what is broken, evaded, omitted, violated, be it a law, the ecosystem, life in general. And all this is usually caused by man and her complaint is embodied in an elegant and subtle work and no less powerful. Image and word are enhanced, always trying to avoid redundancy. Then the viewer is allowed to feel part of the elaboration, he is allowed to travel through the weft of the concept without being a passive and underrated actor but the builder of the sense and responsible for his own interpretation.
Lic. María Carolina Baulo
Septiembre 2019