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🇦🇷

Río adentro

 

Desde hace varios años, Carla Beretta dibuja y pinta, imprime papeles y yuxtapone fragmentos de telas, toma fotografías y filma pequeños videos, entre otras actividades artísticas, y, en consecuencia, se distancia de las especializaciones y las ubicaciones excluyentes para definirse como una artista visual; no en vano en los últimos tiempos ha transgredido con natural insistencia los dominios de las técnicas consagradas. Así por ejemplo, al superponer capas de tela de diferentes matices crea tonalidades intermedias similares a los grises de color que en la pintura se logran mezclando distintos pigmentos, demostrando así que se pueden lograr “cuadros” –en este caso verdaderos collages textiles– utilizando otros materiales. También, al poner bajo vidrio estas piezas que denominó Nocturnos y Composiciones breves, se acercó a las presentaciones reservadas a la pintura enfatizando, paradójicamente, la morbidez de los materiales empleados. Poco después, empleó los pigmentos al agua utilizados en la pintura y en la gráfica para cubrir papeles de seda que al arrugarse asumen la apariencia de finísimas telas y, en forma prácticamente simultánea, yuxtapuso rectángulos de cartulina que al unirse mediante infinitas líneas de costura crean la ilusión de mosaicos textiles. Pero estos resultados que demandan una ardua actividad de la artista –pero también una aguda percepción de los espectadores a la hora de develar materialidades–, involucran otros procedimientos que los distancian de las tradiciones modernistas en las cuales parcialmente o formalmente se inscriben. Parcialmente porque estas obras despojadas de figuraciones no devienen de una destilada construcción de las formas puras sino, por el contrario, de modos de hacer artesanales como las labores de aguja y procedimientos típicamente contemporáneos como el uso de programas del ordenador que van sintetizando las imágenes –cualquiera sea su origen– hasta obtener unas estructuras aserradas que recuerdan a algunos expresionistas abstractos; estructuras que al ser procesadas nuevamente devienen en unos recortes geométricos similares a los creados por el movimiento Madí. Aunque lejos de la poética materialista y racional de estos artistas radicalmente no figurativos, Carla inventó un procedimiento compositivo que le permitió, mediante puntos y líneas entrecruzadas, crear mosaicos de una geometría exuberante y bordes recortados. Son las piezas desplegadas en Paraná y en Sueño encendido y ahora en Río adentro cuyos colores quebrados recuerdan las tonalidades siempre cambiantes del río y las fascinantes paletas de los pintores del Litoral. Así, impactada por los paisajes donde no faltan lo recóndito y lo inconmensurable, lo pintoresco y lo sublime, y ante el infierno impredecible que se cierne sobre los humedales, vuelve a reafirmar con estas obras, inevitablemente abstractas e inevitablemente bellas, lo que había intuido frente a los desechos industriales que recogía en las costas del mar o en el sinfín de cables que traman el cielo sobre las taperas en el borde de la ciudad. Viejas y nuevas series que actualizan lo planteado como una suerte íntimo y menudo manifiesto en sus propios textos: “trabajo a partir de mis propias experiencias: los desplazamientos cotidianos y los viajes, las relaciones personales y los vínculos afectivos, lo que veo y siento en la naturaleza y en la sociedad”.

 

Guillermo Fantoni. Rosario. Julio de 2022

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Upriver

For several years now, Carla Beretta has been drawing and painting, printing papers and juxtaposing fabric fragments, taking photographs and filming small videos, among other artistic activities, consequently distancing herself from exclusive specializations and locations to define herself as a visual artist; not in vain has she persistently transgressed the domains of established techniques in recent times. For example, by layering fabrics of different shades, she creates intermediate tones similar to the color grays achieved in painting by mixing different pigments, demonstrating that "paintings" - in this case, true textile collages - can be achieved using other materials. Also, by framing these pieces under glass, which she called Nocturnes and Brief Compositions, she approached presentations reserved for painting, paradoxically emphasizing the softness of the materials used. Shortly after, she used watercolor pigments typically used in painting and graphics to cover tissue papers that, when wrinkled, assume the appearance of fine fabrics, and almost simultaneously juxtaposed rectangles of cardboard that, when joined by endless lines of stitching, create the illusion of textile mosaics. But these results, which demand arduous activity from the artist - but also acute perception from viewers when unveiling materiality - involve other procedures that distance them from modernist traditions in which they are partially or formally inscribed. Partially because these works, devoid of figurations, do not arise from a distilled construction of pure forms but, on the contrary, from artisanal ways of making such as needlework and typically contemporary procedures like the use of computer programs that progressively synthesize images - whatever their origin - to obtain serrated structures reminiscent of some abstract expressionists; structures that, when processed again, become geometric cutouts similar to those created by the Madí movement. Although far from the materialist and rational poetics of these radically non-figurative artists, Carla invented a compositional procedure that allowed her, through intersecting points and lines, to create mosaics of exuberant geometry and trimmed edges. These are the pieces displayed in Paraná and in Ignited Dream and now in Upriver, whose broken colors recall the ever-changing tones of the river and the fascinating palettes of the painters of the Litoral. Thus, impacted by landscapes where nothing is lacking, the hidden and the immeasurable, the picturesque and the sublime, and facing the unpredictable hell that looms over the wetlands, she reaffirms with these works, inevitably abstract and inevitably beautiful, what she had sensed in the face of industrial waste collected on the seashores or the endless cables that weave the sky over the shantytowns on the city's edge. Old and new series that update what was proposed as an intimate and often small manifesto in her own texts: "I work from my own experiences: daily commutes and travels, personal relationships and emotional connections, what I see and feel in nature and in society."

Guillermo Fantoni. Rosario. July 2022

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